Alguien dijo es un obús. Los niños habían estado jugando en el huerto a desenterrar vestigios del pasado, eran arqueólogos en busca de tesoros perdidos, así que removieron piedras y montones de tierra hasta toparse con aquel artefacto.
La palabra obús estalló en los oídos de todos los mayores que, raudos, acudieron a presenciar el hallazgo. Entonces, hubo quien opinó que se trataba de una bomba. La tensión subió por momentos, las madres retiraron a sus hijos del escenario y algunos pensaron que habría que llamar a los artificieros para que desactivaran el proyectil. No faltó quien, a riesgo de perder su vida, se acercó para sacar una foto con el móvil.
En mitad del revuelo, la misma voz gritó: ¡No corráis! ¡Es una bomba hidráulica!
Cada vez dispones de más información y la ignorancia no deja de crecer. Paradojas de la humanidad.
ResponderEliminarSaludos,
J.