domingo, 27 de noviembre de 2022

No hay niños



Las parejas se reunieron a cenar y pasar una noche alegre. Todas tenían hijos menores de doce años y pensaron que, para tener una velada tranquila la solución sería alimentar a sus retoños primero y, después, llevarlos a una sala amplia, donde bien acomodados fueran abandonados al cuidado de la nodriza llamada Internet, para los cual fueron dotados cada uno de su terminal.

Rieron, chalaron, bebieron y comieron, en un ambiente adulto despejado de requerimientos infantiles. Durante bastante tiempo nadie escuchó un «¡¡¡mamá!!!» o un «¡¡¡papá!!!».

No echaron en falta a su descendencia hasta que alguien dijo: «no haya niños». Los medios de comunicación tildaron el suceso de desaparición masiva.



domingo, 20 de noviembre de 2022

Abuelita



La abuela de Caperucita Roja, harta de que el lobo se la comiera cada vez que contaban el cuento, hizo una reclamación al Colegio Oficial de Narradores. En la misma reclamó una cierta dignidad como personaje popular y, por tanto, el pago de una pensión como cualquier persona del colectivo de la tercera edad, una dieta sana —no solo tarta y leche—, ser beneficiaria de los viajes de Imserso, la prestación de atención geriátrica y médica y, sobre todo, demandaba una nieta más espabilada que no la confundiera con un lobo en camisón.



domingo, 13 de noviembre de 2022

Calima




El cielo descargó una inesperada lluvia anaranjada coloreando la urbe de albaricoque maduro. El polvillo rubicundo tiñó las calles, los árboles, los coches y penetró en las casas anegando con sigilo todas las dependencias, impregnando cada rincón y objeto con una película de limaduras de mandarina.

Bajo el cielo leonado el asfalto parecía alfombrado de caléndulas, los edificios semejaban torres bermejas, las fuentes aparentaban ser surtidores melifluos y los parques cuadros donde se fundían ocres, caquis y cobrizos.

Los habitantes comenzaron, primero a respirar y, luego, a masticar aquel aire azafranado que se les coló por la nariz y por los ojos, y los fue pintando de un tono zanahoria, hasta que se volvieron de arcilla en una ciudad de barro.




domingo, 6 de noviembre de 2022

Crimen pasional



Había pasado el día desterrando cualquier hilo de suciedad y limpiando hasta el último rincón, para que todo quedara reluciente, impecable e impoluto. Al culminar el trabajo, sentada, suspiró. En ese instante, su marido cruzó la casa con las botas embarradas y un aire de borracho estrambótico. Los informativos lo adjetivaron como crimen pasional.



Un tiempo único

    Nauplio Fernández observó, al despertar, que no se había movido de la cama en toda la noche. Entonces una idea iluminó su cerebro: e...