domingo, 31 de octubre de 2021

La urna

 



Al abrir la puerta observó un leve temblor en el labio de abajo, como balbuciendo un saludo que no pronunció desde sus ojos claros y su lacia melena rubia. La hizo pasar y la mujer entró con su condición inferior no solo de estatura sino de clase social. Ambas expusieron un gesto de tristeza enlutada, de pésame absoluto como el cero absoluto de la temperatura, y compungieron lágrimas de un sentimiento convenido y convencional para el momento de ese encuentro.

Toda la vivienda regida por un diseño funcional y minimalista filtraba la luz meridional y clara a través de grandes cristaleras que hacían de paredes, perfilando la silueta de las dos mujeres que dieron rienda suelta a lo emotivo de la ocasión, como quien reinicia una computadora para ponerla en marcha de nuevo. 

La urna funeraria, también denominada urna cineraria que viene del latín cinis-eris que significa ceniza, y que es un vaso cerrado de piedra, bronce, mármol, alabastro, cerámica o vidrio, en el que los parientes de un difunto recogen sus cenizas después de su cremación.

Tras el instante iniciático, la propietaria de la vivienda le indicó con un gesto a la visitante el camino a seguir. Entre una y otra parecía fluir una cierta confianza capaz de transmitir anécdotas y chismorreos y, sin embargo, había un escalón psicológico de superioridad y sumisión entre la una y la otra.

Aunque la conversación comenzó fría y con cortedad, las dos mujeres a medida que aflojaron la seriedad de la cita se relajaron de tal forma que hasta soltaron algunas risas, parcos segundos que las devolvieron al luto y al pragmatismo requerido por la situación.

Las urnas funerarias en polvo de mármol morado de Carrara están creadas a mano por artesanos italianos y, como tutelaje del Medio Ambiente, las materias primas utilizadas para la elaboración del producto proceden de empresas autenticadas según las normas internacionales.

Le confesó su agotamiento existencial ante el río de gente que había transitado por el chalet las últimas dos semanas, en una prolongación lastimera de condolencias, ensimismamientos, muestras banales de afectos, cuchicheos, consejos para la transición a la viudedad, panegíricos al finado, y evaluaciones varias de rendidos homenajes hacia su figura.

Una de las cuestiones más escabrosas era la maldad del patrimonio hereditario. Un tósigo para el cual no había encontrado aún un antídoto. La pareja no tenía hijos en común ni tampoco con sus anteriores parejas, por lo que una saga de hermanos y sobrinos de las ramas familiares habían entablado una batalla despiadada por establecer a quien correspondían más honores de ensalzar al extinto y por repartirse su acaudalada fortuna.

La urna cineraria ‘Freddie Mercury’ está realizada después de un concienzudo estudio de las líneas y del diseño, con uso de materiales como el metal de pizarra y Swarovsk, además de un arreglo foral donde es posible colocar una vela votiva.

Antes de despedirla, la mujer le preguntó: «¿quieres ver a mi marido?» Perpleja, acudieron a su mente varios pensamientos: una foto, un vídeo, una resurrección inesperada. Las dos subieron los peldaños de una escalera al aire, dejando en un plano más bajo el salón iluminado por el sol caramelo de la tarde. La dueña de la casa, abrió la puerta corredera que daba paso a una recoleta biblioteca iluminada por pequeñas luces entornadas, mientras se escuchaban levemente canciones instrumentales de Queen.

«Entra», le dijo, y volvió a señalar con sus gestos imperativos dónde tenía que mirar. Elevó entonces la mirada y vio la urna.

En la urna funeraria de bronce 'Velata madre' se podía leer: 'Memento, homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris'.



domingo, 24 de octubre de 2021

Mesh



La recoleta cala techada de estrellas lo vio partir de madrugada. Salpicaban pequeñas olas de crestas plateadas en el casco del bote que comenzó a deslizarse suavemente sobre un mar de tinta. La oscuridad tenía palabras sin rostro, figuras imprecisas que se apretujaban unas contra otras mientras la barcaza, empujada desde la orilla iniciaba el sigiloso viaje.

La calmosa negrura almizclada con la emoción y el miedo lo despedían. Atrás quedaban las luces de la ciudad tragadas por el negro silencio y un hogar al que, seguramente, no retornaría más para volver a jugar por sus encaladas callejuelas, esas que lo verían crecer.

La patera avanzó rumbo hacia la frontera donde dicen que los sueños son posibles, en tanto que el monótono traqueteo de la navegación le hizo bajar los párpados y dormir arropado por el calor de un pecho maternal.

Al primer rayo del alba abrió sus grandes ojos y contempló con inocencia y temor el fatigado semblante de sus acompañantes de singladura. Un aire fresco y salino lo espabiló en mitad de un inmenso azul rodeándolo por todos lados.

Al desembarcar en aquel puerto extraño, saltó a tierra y desnortado corrió hasta un rincón. Najma, la niña rifeña que le había abrigado durante toda la travesía, gritó: ¡Mesh! ¡Mesh!

Una joven voluntaria fue tras el gatito arlequinado y se lo devolvió.



N. del A.- Mesh, palabra de origen bereber (tamazight) que significa gato.

domingo, 17 de octubre de 2021

La anomalía



Aquella mañana parecía otra de muchas mañanas similares donde la gente se levantaba temprano para realizar su actividad cotidiana. Bajo el orondo sol nada hacía presagiar que ninguna persona acudiría a su ocupación laboral. Al parecer todos los habitantes del planeta se habían contagiado de un virus informático que les introdujo un pensamiento crítico: considerar absurdo que les estuvieran robando su vida por la obligación de tener que ir a trabajar. Así que decidieron quedarse en la cama para detener el mundo y reiniciarlo con un modelo más benévolo y desacelerado de producción.



domingo, 10 de octubre de 2021

El viejo maestro



El cadáver se incorporó del féretro donde había sido alojado y con voz grave, ante la mirada de asombro de quienes asistían al velatorio, les dijo: 

«No os asustéis, sigo muerto. Solo he vuelto un momento para escribir mi obituario. No me fío para nada de los plumillas que están en esta sala fingiendo que me conocían a fondo y le importaba lo que hacía. Cuando mi cuerpo esté acartonado y os disputéis el mérito de contar lo que conmigo habéis compartido os citaré el Eclesiastés: ¡Oh vanidad de vanidades, todo es vanidad! Porque fui un vanidoso y no honesto conmigo y por ello busqué fama y adulación, allí donde los mediocres me esperaban para pasarme la mano por el lomo y obtener rédito social, porque por cada paso dado hice de mi vida un acontecimiento llamativo y sonoro, un permanente reclamo de reverencias, mientras os miraba como culebreabais entre mis pies. ¡Moscas empalagosas, ni una letra escribáis sobre mí!». 

Dicho lo cual, el muerto murió de nuevo, tan petimetre como siempre y sin despeinarse.



domingo, 3 de octubre de 2021

Asombrados



Eligió como oficio ser cazador de sombras y a lo largo de su vida profesional persiguió y atrapó miles de ellas. Las clasificaba según su forma, tamaño y peso, si eran humanas, animales, vegetales o de cosas. Las buenas sombras las daban los árboles y las más asequibles eran las chinescas, mientras la más delicada resultaba ser la sombra de ojos y las más escurridizas las sombras invisibles. Luego estaban las pálidas sombras lunares, las de colores y las diminutas sombras del átomo. Consiguió un mundo sin sombras después de encerrarlas todas en un agujero negro, pero su hazaña quedó ensombrecida cuando, con malasombra, su sombra escapó de la cacería. 



Un tiempo único

    Nauplio Fernández observó, al despertar, que no se había movido de la cama en toda la noche. Entonces una idea iluminó su cerebro: e...