Despertó con la terrible resaca de la noche anterior sin saber dónde estaba y ni quién era. Tambaleante, se levantó de la cama con náuseas y se dirigió hacia el cuarto de baño. Abrió la puerta y le sorprendió la luz que entraba clara por la lucerna. Abrió el grifo y se refrescó la cara. Quiso, en ese momento, reconocerse en el espejo donde se podía leer la leyenda: ¿te has contado ya el cuento de esta Navidad?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cirugía
—Ay, ay —el paciente no paraba de quejarse. —Ya no le dolerá más —dijo el médico mientras le extirpaba las interjecciones. Con precisión cas...
-
Isabel salió de casa aquella mañana de primavera como cada día, ataviada con su delantal y un pañuelo blanco cubriendo su pelo. Echó a andar...
-
Entró en el agua parsimoniosamente, comprobando que cada centímetro de su cuerpo se sumergía y notaba una temperatura distinta. Su piel se...
No hay comentarios:
Publicar un comentario