domingo, 7 de abril de 2024

La escapada

 


Medio siglo era una cifra importante, redondamente trascendental, y eso merecía celebrarlo a lo grande, en un escenario apropiado para festejar la efeméride. Soplar las velas en un lugar eminente desde donde enseñar al mundo ese momento de felicidad, pensó Ofelia.

 

Después su mente buscó un lugar destacado en el planeta y sin saberlo, una imagen se coló en su cabeza mientras veía la televisión: Nueva York. Destino a esta ciudad comenzó a elaborar su fantasía viajera con la adición de su gran y cómplice amiga Elisa.

 

Ofelia, casada, tiene un hijo que vive en Londres y una hija que estudia en Madrid. Ella vive en una ciudad mediana y su matrimonio languidece. Su amiga Elisa, con la que comparte una cierta complicidad, algo más joven, está casada y tiene dos niños pequeños, Rubén y Lidia.

 

Tras un vuelo de avión se hospedan en un hotel de la Gran Manzana. Los primeros rayos de sol se colaban por las rendijas de las persianas, iluminando la habitación. Tras el desayuno, inician su aventura neoyorkina, un el entusiasmo propio de quien descubre un nuevo mundo, Ofelia y Elisa se lanzaron a explorar las calles de la ciudad. El imponente Empire State Building, la majestuosidad de la Estatua de la Libertad y el verdor de Central Park quedan registrados en su memoria y en sus móviles. Al atardecer, se embarcaron en un crucero por el río Hudson. Desde la cubierta del barco, contemplan la ciudad iluminándose poco a poco, creando una estampa mágica que las deja sin aliento.

 

Esa noche, se sumergen en la magia de Broadway donde asisten a un musical lleno de color y energía que las transporta a otro mundo. La música, las coreografías y la historia del musical las cautivan por completo. Para cerrar la velada deciden disfrutar de la vida nocturna y se dirigen a un bar con música en vivo, donde bailan hasta el amanecer, felices y dichosas, antes de declararse su amor.

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