Todas las noches salía a pasear su can a la misma hora y por el mismo itinerario. Enjuto y timorato, su cuerpo era impulsado por el corpulento animal. Se paraba en la única farola de la calle, caminaba quinientos pasos hasta el contenedor de la basura, se santiguaba frente a la antigua ermita quemada por un rayo y se lamentaba por no haber nacido perro antes de volver a casa.
domingo, 26 de diciembre de 2021
Amo
Todas las noches salía a pasear su can a la misma hora y por el mismo itinerario. Enjuto y timorato, su cuerpo era impulsado por el corpulento animal. Se paraba en la única farola de la calle, caminaba quinientos pasos hasta el contenedor de la basura, se santiguaba frente a la antigua ermita quemada por un rayo y se lamentaba por no haber nacido perro antes de volver a casa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cirugía
—Ay, ay —el paciente no paraba de quejarse. —Ya no le dolerá más —dijo el médico mientras le extirpaba las interjecciones. Con precisión cas...
-
Isabel salió de casa aquella mañana de primavera como cada día, ataviada con su delantal y un pañuelo blanco cubriendo su pelo. Echó a andar...
-
Entró en el agua parsimoniosamente, comprobando que cada centímetro de su cuerpo se sumergía y notaba una temperatura distinta. Su piel se...
Al menos puede repetir eso de "qué vida de perros" y sentirse un tanto mejor. O no.
ResponderEliminarSaludos,
J.