domingo, 19 de diciembre de 2021

Componedor



Lo llamó el señorito.

—Dígame, don Carlos.

—¿Te gusta Enriqueta?

Aquiles se encogió de hombros con la cabeza gacha.

—Es una buena sirvienta y podría ser mejor madre y esposa.

—Si usted lo dice don Carlos, así será.

—Te veo poco entusiasmado con la idea.

—No se me había ocurrido y así de sopetón, la noticia…

—Pues no se hable más. Viviréis en el cobertizo y formaréis un hogar.

Don Carlos acostumbraba a disponer las cosas a su favor. Aquella componenda le proveería de futuras generaciones de sirvientes. Así es como se hacía progresar el mundo, compatibilizando fortunas y destinos, evitando sobresaltos y quebrantos sociales. Sin ir más lejos, su hija Delfina, estaba acordada con el notario, sumando dos suntuosas dotes. Cada oveja con su pareja, solía decir. Y yo el pastor que los guía, pensaba. Respecto al amor, eso era una cuestión de artistas vagos y su loco extravío el de estar contra estos tiempos tan pragmáticos.

 



1 comentario:

  1. Siempre podremos encontrar artistas vagos y locos mendigando por ahí..., por suerte.

    Saludos,
    J.

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