domingo, 11 de julio de 2021
Pescadora
Le sonrió mientras la saludaba al coincidir en el zaguán del edificio siempre alelado por su belleza. La joven atractiva y hermosa, le devolvió el saludo con una sonrisa liviana y displicente.
—Te gusta la pesca —afirmó tras observar que sostenía en sus manos una caña de pescar—. Ella asintió con una mueca de simpatía sin articular palabra y continuó caminando hacia la puerta del ascensor. Él, la miró absorto hasta ver desaparecer las líneas curvas que delineaban su cuerpo, su vestido ceñido casi transparentando su ropa interior.
No dejó de imaginar toda la tarde cómo de erótica estaría su vecina del séptimo piso manejando la caña con un fondo marino, hasta que observó como una potera enganchada a un hilo de nailon, acababa de capturar un tanga negro de encaje que ascendía por el ojo patio ante su perplejidad.
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Bueno, cada quien pesca lo que quiere o puede.
ResponderEliminarSaludos,
J.