domingo, 18 de julio de 2021

Trance



El antojo de aquella mañana fue ir a comprar churros. Mientras la churrera vertía la masa en el aceite hirviendo, quedó como hipnotizado por la espiral que iba formando el tejeringo dentro de la oscura perola, movido por dos palos de madera. Despertó cuando mojaba el churro en el café, después de cincuenta años.


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