lunes, 18 de septiembre de 2017
Abducción pictórica
La mujer que vigila la cuarta sala del museo, dedicada al impresionismo de Toulouse Lautrec, observaba como un hombre se embelesa frente a un cuadro. Cada día visitaba la sala y se quedaba impasible largo rato con la mirada fija en la obra. Después se despedía de la mujer.
La vigilante, abonada a su rutina, en una ocasión levantó la vista del libro que leía y vio al hombre enfrentado a la pintura nuevamente. Volvió a embeberse de letras hasta que terminó su turno de trabajo y cayó, entonces, en que el hombre no se había despedido. Desde ese día no lo volvió a ver por el museo.
Ahora, cada vez que vuelve a su rutina laboral y mira el cuadro 'Baile en el Moulin Rouge', siente una especie de repelús.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Un tiempo único
Nauplio Fernández observó, al despertar, que no se había movido de la cama en toda la noche. Entonces una idea iluminó su cerebro: e...
-
1 Andrea posó sus lábiles dedos sobre la octava baja del piano vertical y comenzó los ejercicios de quinto curso, como cada tarde entre l...
-
Al pasar junto al jardín de una casa escucho rogar a una mujer mayor: «¡Zeus!¡Zeus!». De inmediato imagino que está implorando a los dioses ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario