cuento exprés
domingo, 14 de septiembre de 2025
Cambio de hora
Cuando adelantó el reloj se le movió la vida y supo entonces que estaba muerto en esa hora.
A las dos fue padre, a las tres viudo, a las cuatro sospechosamente feliz. Descubrió que cada minuto nuevo era un universo descartado.
Decidió no tocar más el reloj. Lo enterró en el patio, justo a la hora en que nunca fue nadie. Desde entonces vive en un tiempo prestado, sin segundero, donde no se muere —pero tampoco se llega.
domingo, 7 de septiembre de 2025
Escritura onírica
Escribió el cuento dormido y al despertar lo leyó con los ojos cerrados.
Era un texto imposible: no tenía principio ni fin, pero contenía todas las historias. Cambiaba cada vez que lo pensaba y, sin embargo, cada versión era definitiva. En una línea, moría un rey; en la siguiente, renacía una idea.
Intentó transcribirlo, pero la tinta despertaba y huía del papel.
Entonces comprendió que no lo había escrito él, sino un sueño antiguo, quizás de otro Borges, en otra biblioteca sin salida. Y decidió no escribir más: solo dormir, para seguir leyéndose.
domingo, 31 de agosto de 2025
Prisión
Apresado en un reloj de arena se hundió en el tiempo.
Intentó escalar los granos, pero cada segundo era un alud. Al principio gritó; luego tosió años. Finalmente, comprendió que nadie lo había encerrado: él mismo se dio la vuelta.
domingo, 24 de agosto de 2025
Lágrimas
La novelista, emocionada con lo que escribía, comenzó a llorar hasta que se le borraron las palabras.
El papel, empapado, se volvió mar. Las frases se disolvieron como cuerpos en la niebla. Quedó solo la sal, la tinta suspendida en un silencio espeso.
No intentó recuperar lo escrito. Sabía que lo importante no era la historia, sino ese momento en que la emoción la superaba, la arrastraba lejos de sí, hasta un lugar donde ya no era autora, ni mujer, ni voz: solo llanto.
Y ahí, en ese abismo húmedo, comprendió que la literatura también puede escribirse con lo que no se dice.
domingo, 17 de agosto de 2025
Duelo
Se armó de valor y le disparó al miedo hasta matarlo.
El miedo cayó de espaldas con teatralidad impecable, como si supiera que estaba en una historia moral. Pero antes de desvanecerse, sonrió.
—¿Y ahora quién te advertirá de los acantilados?
Entonces el hombre, valiente y solo, miró a su alrededor y notó que el mundo era más amplio… y mucho más peligroso. Sin el miedo, todos los precipicios parecían caminos, y cada sombra, un atajo.
Al anochecer, se sentó en una banca a escribir una elegía para su enemigo caído. Fue breve: “Murió el miedo. Nació el juicio”. Luego se levantó y volvió a temblar, esta vez con sabiduría.
domingo, 10 de agosto de 2025
Soñadora
Al soñar es feliz y sintiéndose feliz cree que sueña.
Así vive, en un vaivén donde la vigilia es apenas una pausa entre milagros. Cada mañana despierta con restos de luna en las pestañas y palabras que no recuerda haber escrito.
Le han dicho que debe aterrizar, pero quién puede caminar entre relojes sin deshilvanar el tiempo.
Quizá nunca lo sepa. Quizá no importe. Porque cuando cierra los ojos —en pleno día o en mitad de una frase— vuelve a ese lugar donde la realidad no la despierta, solo la abraza.
domingo, 3 de agosto de 2025
Insecto de compañía
Después de la metamorfosis, Kafka decidió adoptar a Gregorio Samsa como mascota.
Le construyó una caja de madera con barrotes de culpa y le leía cada noche fragmentos de su diario, esperando una reacción. Gregorio, con sus múltiples patas, escribía respuestas en la condensación del cristal, pero Kafka jamás las entendía.
—Eres más honesto ahora —le decía—. Menos humano, pero más verdadero.
A veces, lo sacaba a pasear por los corredores de su mente, donde otros insectos parecidos a él zumbaban ideas sin terminar. Kafka los saludaba con respeto. Sabía que, en su interior, todos eran versiones de sí mismo que nunca lograron publicarse.
domingo, 27 de julio de 2025
Entierro
Esperó sentado a la puerta de su casa para ver pasar el cadáver de su enemigo y lo que presenció fue su propio funeral.
El cortejo avanzaba en silencio, rostros conocidos evitando su mirada. Iban vestidos de luto, pero lo que más le dolió fue ver a su enemigo al frente, cargando la esquela con dignidad contenida.
—¿Cómo es posible? —se preguntó—. ¿Estoy muerto… o vencido?
Nadie respondió. El viento recogía las flores caídas y un niño, curioso, se acercó y atravesó su cuerpo sin notarlo.
Entonces comprendió: el odio no muere, pero sí puede enterrar.
domingo, 20 de julio de 2025
Sumo amor
Fue la gota que lo colmó y el vaso se enamoró de ella por su desbordante presencia.
Desde entonces, cada vez que llovía, el vaso se estremecía de esperanza. Anhelaba sentir otra gota tan plena, tan definitiva.
Pero ninguna era igual. Algunas caían tímidas, otras evaporaban al contacto. Solo aquella lo había hecho sentir útil e inútil a la vez.
El vaso, ahora lleno de memoria, decidió no vaciarse jamás. Se volvió espejo de lluvias pasadas y guardián de ausencias líquidas.
domingo, 13 de julio de 2025
El abogado
domingo, 6 de julio de 2025
Peletería
Los visones, contrarios a utilizar pieles de señoras, pidieron adoptarlas como animales domésticos.
Las paseaban por los parques, las alimentaban con té y pasteles, y les compraban sombreros diminutos. Algunas señoras, encantadas, aprendieron a maullar; otras, más rebeldes, arañaban las alfombras o fingían ser de Angora.
Los visones, pacientes, las acurrucaban en sillones mullidos y les leían manifiestos anticapitalistas.
Con el tiempo, se fundó la primera Sociedad Protectora de Damas Elegantes. La peletería cerró. Y en su lugar, abrió una boutique de afectos recíprocos.
domingo, 29 de junio de 2025
Menú
domingo, 22 de junio de 2025
Cirugía
domingo, 15 de junio de 2025
Lujuria
domingo, 8 de junio de 2025
Negado
Tenía muchos pájaros en la cabeza y ninguno volaba.
Algunos piaban ideas rotas, otros chocaban contra las paredes de su cráneo como sueños sin alas.
Probó abrir una ventana. Solo entró más viento.
Entonces entendió: no era cuestión de plumas, sino de miedo. Así que cerró los ojos, pensó en cielo… y por fin, uno despegó.
domingo, 1 de junio de 2025
Infantilidad
domingo, 25 de mayo de 2025
Vendedor ambulante
domingo, 18 de mayo de 2025
Camarera
domingo, 11 de mayo de 2025
Hogar
domingo, 4 de mayo de 2025
El apagón
Tras un día gris, la noche nos reunió en torno a la tibia luz de las velas, cobijados por la intimidad y el silencio. Las palabras, únicas arquitectas del instante, tejieron puentes hacia la infancia: evocamos miedos antiguos, compartimos anécdotas, y las risas brotaron suaves, como luciérnagas en la penumbra.
Ninguna pantalla, ningún ruido, ninguna sombra ajena perturbaba ese refugio familiar donde los sueños de antaño se confundían con la oscuridad.
Como postre, salimos a la calle envueltos en la negrura, para buscar las estrellas: la Osa Mayor, la Polar, constelaciones que nos guiaron en la noche como lo hicieron en la niñez.
Cambio de hora
Cuando adelantó el reloj se le movió la vida y supo entonces que estaba muerto en esa hora. A las dos fue padre, a las tres viudo, a las cua...
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Aracne tejió un nuevo hilo en la red. Ya no usaba seda, sino atención: su telar era el scroll infinito y su tela, servidores invisibles. No ...
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—Ay, ay —el paciente no paraba de quejarse. —Ya no le dolerá más —dijo el médico mientras le extirpaba las interjecciones. Con precisión cas...