domingo, 20 de julio de 2025

Sumo amor


Fue la gota que lo colmó y el vaso se enamoró de ella por su desbordante presencia.

Desde entonces, cada vez que llovía, el vaso se estremecía de esperanza. Anhelaba sentir otra gota tan plena, tan definitiva.

Pero ninguna era igual. Algunas caían tímidas, otras evaporaban al contacto. Solo aquella lo había hecho sentir útil e inútil a la vez.

El vaso, ahora lleno de memoria, decidió no vaciarse jamás. Se volvió espejo de lluvias pasadas y guardián de ausencias líquidas.



1 comentario:

  1. Qué extraña y única sensación la de sentir útil e inútil a la vez...

    Saludos,
    J.

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