Era un lugar oscuro y olía a madera salada. Todos debíamos permanecer en silencio durante bastante tiempo. Así que me entretuve en imaginar cómo sería el vientre de un caballo y me quedé dormido. Al despertar me encontraba dentro de las murallas de Ilión.
No estaba del todo claro qué debía de hacer ese lado del muro. O tal vez sí.
ResponderEliminarSaludos,
J.