domingo, 25 de abril de 2021
Aprendiz
—Sabes qué es lo primero que el tiempo borra de un cadáver.
—No sé muy bien —respondió el novato.
—Los ojos.
—¿Y luego?
—El resto de la cara. Curioso ¿no?
—No sé —dijo despreocupado el neófito.
—Si los ojos son la ventana del alma, la ventana se cierra, el alma queda a oscuras y, como si fuera una planta, muere.
—Morimos doblemente.
—Seguro y además lo hacemos desnudos porque ya no se amortaja a nadie.
—Desnudos venimos al mundo. No me parece injusto lo de envolverlos en un sudario —expuso el aprendiz.
—Más bien inelegante, igual que el hecho de morir.
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En cierto punto sería peor si no muriéramos nunca. Llegaría un momento en el que no nos soportaríamos a nosotros mismos ni a nadie más.
ResponderEliminarSaludos,
J.