—A ti no te pasa que cuando
escribes dejas blancos en el papel que después completas.
—Sí, a veces, cuando escribo es
como si armara un puzle donde hay piezas que no encajan y otras que no
aparecen.
—Y qué haces entonces.
—Me tomo un par de copas.
—Para tener más agudeza mental
supongo.
—No, que va, a la tercera copa,
las palabras se transforman en hormigas.
—Y qué haces con las hormigas.
—Dejarlas que se ordenen solas.
―Y si no lo hacen.
—Las fumigo y dejo el papel en
blanco.
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