—¿Tomamos una copa más? —preguntó.
—Tú quieres emborracharme —le respondió esbozando una sonrisa.
—Por supuesto, para que te aproveches de mí.
Tengo la fortuna de tener un jefe excepcional, que se desvive por nosotros y nos tiende la mano en todo momento. Es el alma de nuestra secci...
Esas sí que eran noches, ahora no son más que recuerdos...
ResponderEliminarSaludos,
J.