Hoy la niebla es espesa, tanto que las palabras se licuan al pronunciarlas y llegan como distorsionadas a los oídos atentos. Parece que estamos en Londres, refiere alguien después de haber sido pronunciada esa misma observación más de una veintena de veces a lo largo de la mañana. Y no, la ciudad londinense no es la única que tiene el copyright de la acumulación de gotículas de agua que forma una capa amplia en contacto con el suelo terrenal y limitando la forma de ver las cosas. Tampoco se trata de una niebla tan densa que se pudiera cortar con un cuchillo, dado que esa herramienta de trozar consistente en una hoja de metal habitualmente estirada y cortante por un solo lado, en ocasiones punzante, con un astil metálico, de palo u otro material, al ser infectiva en dicho ejemplo. Descartado el smog fotoquímico queda la referencia cultural unamuniana o la más televisiva del san Bernardo de Heidi, cuando no la fenomenológica neblina engelante.
domingo, 2 de agosto de 2020
Anieblados
Hoy la niebla es espesa, tanto que las palabras se licuan al pronunciarlas y llegan como distorsionadas a los oídos atentos. Parece que estamos en Londres, refiere alguien después de haber sido pronunciada esa misma observación más de una veintena de veces a lo largo de la mañana. Y no, la ciudad londinense no es la única que tiene el copyright de la acumulación de gotículas de agua que forma una capa amplia en contacto con el suelo terrenal y limitando la forma de ver las cosas. Tampoco se trata de una niebla tan densa que se pudiera cortar con un cuchillo, dado que esa herramienta de trozar consistente en una hoja de metal habitualmente estirada y cortante por un solo lado, en ocasiones punzante, con un astil metálico, de palo u otro material, al ser infectiva en dicho ejemplo. Descartado el smog fotoquímico queda la referencia cultural unamuniana o la más televisiva del san Bernardo de Heidi, cuando no la fenomenológica neblina engelante.
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