domingo, 16 de junio de 2019

Aojamiento







–Tengo mala conciencia –me dijo.

– ¿Y a qué es debido?

–Estuve en la Oficina de Empleo y me pareció una situación humillante. Era como si mendigara. Y después había un señor que no paró de ponerme impedimentos y marearme. Le eché mil maldiciones.

– ¿Y por eso tienes remordimientos?

–No. Hoy me enteré que ese hombre ha muerto.

–Bueno, si no encuentras trabajo siempre puedes alquilar tus servicios para echar el mal de ojo.

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Gatillazos

Era una escritora cruel que mataba a todos sus amates fallidos.