martes, 26 de abril de 2011

Entrega a domicilio




Era un paquete de células, hormonas, humores y otras piezas materiales. Lo fue ensamblando día a día, con amor, con entusiasmo. Hasta que le creció una hija sin saberlo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un tiempo único

    Nauplio Fernández observó, al despertar, que no se había movido de la cama en toda la noche. Entonces una idea iluminó su cerebro: e...