cuento exprés
domingo, 14 de diciembre de 2025
El misterio chino
domingo, 7 de diciembre de 2025
Viaje interior
En el tiempo que recorre las venas de la ciudad hay un líquido acuoso para los supervivientes, aquellos que pululan por los márgenes difusos.
Lo beben en dosis pequeñas, casi rituales, como si ese fluido transparente pudiera recordarles quiénes fueron antes de convertirse en sombras urbanas. Dicen que, al cerrar los ojos, el líquido proyecta paisajes que ya no existen iguales a ríos sin cemento, árboles que no sabían de cables eléctricos, cielos no rasgados por antenas y donde cada trago es un regreso breve a un lugar imposible, un viaje interior hacia lo perdido.
Pero al abrir los ojos, la ciudad sigue allí siempre vasta, extensamente exhausta, latiendo a un ritmo que devora a los que se detienen demasiado, y por eso los supervivientes siguen avanzando por los bordes, aferrados a ese líquido que no alimenta el cuerpo, sino la memoria.
Y aunque nadie lo admite, todos temen el día en que la última gota se evapore, porque entonces, sin viaje interior, la ciudad sería solo superficie y ellos, nada más que ruido.
domingo, 30 de noviembre de 2025
Finanzas
domingo, 23 de noviembre de 2025
Nostálgicos
domingo, 16 de noviembre de 2025
Metido en el charco
domingo, 9 de noviembre de 2025
Invasiones
domingo, 2 de noviembre de 2025
La novela de su vida
domingo, 26 de octubre de 2025
Llegadas
domingo, 19 de octubre de 2025
Al otro lado de la calle
domingo, 12 de octubre de 2025
La borrasca
Aquella mañana vio cómo por el ojo del huracán subían al cielo las vacas que pastaban junto al arrozal. Al atardecer comenzó a llover arroz con leche. Los niños corrían con cuencos en las manos, celebrando el milagro. Los mayores, en cambio, temblaban: sabían que cada prodigio lleva escondido un precio. Esa noche, mientras las estrellas parecían espolvoreadas de azúcar, alguien preguntó en voz baja qué pasaría cuando el cielo decidiera devolver las vacas.
domingo, 5 de octubre de 2025
La biblioteca anónima
domingo, 28 de septiembre de 2025
Plagio
Fiel a su estilo creativo no hizo otra cosa que copiarse a sí mismo. Y fue denunciado por la sociedad de autores. El juicio fue breve. El perito literario presentó pruebas irrefutables: metáforas calcadas, personajes idénticos disfrazados con otros nombres, finales reciclados con apenas un giro de tuerca.
—Usted no evoluciona, repite —dictaminó el juez, golpeando el mazo con tono de sentencia.
Lo condenaron a escribir algo nuevo. Sin ecos, sin homenajes, sin sombras del pasado. A la semana, desapareció. Algunos dicen que vive entre notas a pie de página de sus viejas novelas, buscando una idea que no le pertenezca.
domingo, 21 de septiembre de 2025
Cervantina
Cuando despertó, don Quijote todavía estaba allí. Sentado al
borde del lecho, con lanza en astillero y adarga antigua, repasaba con gravedad
un soneto mal rimado que decía haber escrito a Dulcinea en sueños.
—Señor Alonso —balbuceó Cervantes—, ¿no os habíais ido con
la cordura?
—¿Y qué gana un caballero con ella? —replicó el hidalgo—. He
vuelto, porque el mundo aún requiere locura justa y molinos que recordar.
Fue entonces que, el Caballero de la Triste Figura, a lomos
de un dinosaurio, se alejó de allí, no sin antes obsequiarle con una pluma para
que, con su único brazo útil, comenzara a escribir.
domingo, 14 de septiembre de 2025
Cambio de hora
Cuando adelantó el reloj se le movió la vida y supo entonces que estaba muerto en esa hora.
A las dos fue padre, a las tres viudo, a las cuatro sospechosamente feliz. Descubrió que cada minuto nuevo era un universo descartado.
Decidió no tocar más el reloj. Lo enterró en el patio, justo a la hora en que nunca fue nadie. Desde entonces vive en un tiempo prestado, sin segundero, donde no se muere —pero tampoco se llega.
domingo, 7 de septiembre de 2025
Escritura onírica
Escribió el cuento dormido y al despertar lo leyó con los ojos cerrados.
Era un texto imposible: no tenía principio ni fin, pero contenía todas las historias. Cambiaba cada vez que lo pensaba y, sin embargo, cada versión era definitiva. En una línea, moría un rey; en la siguiente, renacía una idea.
Intentó transcribirlo, pero la tinta despertaba y huía del papel.
Entonces comprendió que no lo había escrito él, sino un sueño antiguo, quizás de otro Borges, en otra biblioteca sin salida. Y decidió no escribir más: solo dormir, para seguir leyéndose.
domingo, 31 de agosto de 2025
Prisión
Apresado en un reloj de arena se hundió en el tiempo.
Intentó escalar los granos, pero cada segundo era un alud. Al principio gritó; luego tosió años. Finalmente, comprendió que nadie lo había encerrado: él mismo se dio la vuelta.
domingo, 24 de agosto de 2025
Lágrimas
La novelista, emocionada con lo que escribía, comenzó a llorar hasta que se le borraron las palabras.
El papel, empapado, se volvió mar. Las frases se disolvieron como cuerpos en la niebla. Quedó solo la sal, la tinta suspendida en un silencio espeso.
No intentó recuperar lo escrito. Sabía que lo importante no era la historia, sino ese momento en que la emoción la superaba, la arrastraba lejos de sí, hasta un lugar donde ya no era autora, ni mujer, ni voz: solo llanto.
Y ahí, en ese abismo húmedo, comprendió que la literatura también puede escribirse con lo que no se dice.
domingo, 17 de agosto de 2025
Duelo
Se armó de valor y le disparó al miedo hasta matarlo.
El miedo cayó de espaldas con teatralidad impecable, como si supiera que estaba en una historia moral. Pero antes de desvanecerse, sonrió.
—¿Y ahora quién te advertirá de los acantilados?
Entonces el hombre, valiente y solo, miró a su alrededor y notó que el mundo era más amplio… y mucho más peligroso. Sin el miedo, todos los precipicios parecían caminos, y cada sombra, un atajo.
Al anochecer, se sentó en una banca a escribir una elegía para su enemigo caído. Fue breve: “Murió el miedo. Nació el juicio”. Luego se levantó y volvió a temblar, esta vez con sabiduría.
domingo, 10 de agosto de 2025
Soñadora
Al soñar es feliz y sintiéndose feliz cree que sueña.
Así vive, en un vaivén donde la vigilia es apenas una pausa entre milagros. Cada mañana despierta con restos de luna en las pestañas y palabras que no recuerda haber escrito.
Le han dicho que debe aterrizar, pero quién puede caminar entre relojes sin deshilvanar el tiempo.
Quizá nunca lo sepa. Quizá no importe. Porque cuando cierra los ojos —en pleno día o en mitad de una frase— vuelve a ese lugar donde la realidad no la despierta, solo la abraza.
domingo, 3 de agosto de 2025
Insecto de compañía
Después de la metamorfosis, Kafka decidió adoptar a Gregorio Samsa como mascota.
Le construyó una caja de madera con barrotes de culpa y le leía cada noche fragmentos de su diario, esperando una reacción. Gregorio, con sus múltiples patas, escribía respuestas en la condensación del cristal, pero Kafka jamás las entendía.
—Eres más honesto ahora —le decía—. Menos humano, pero más verdadero.
A veces, lo sacaba a pasear por los corredores de su mente, donde otros insectos parecidos a él zumbaban ideas sin terminar. Kafka los saludaba con respeto. Sabía que, en su interior, todos eran versiones de sí mismo que nunca lograron publicarse.
El misterio chino
Primero fue lo del abuelo chino. Nadie le vio morir y menos enterrarle, pero un día dejó de toser en el balcón. ¿Alguien ha visto sepultar a...
-
Aracne tejió un nuevo hilo en la red. Ya no usaba seda, sino atención: su telar era el scroll infinito y su tela, servidores invisibles. No ...
-
Vino a defender a la libertad de expresión, acusada de hablar claro. En la sala, los jueces evitaban su mirada; los fiscales tiritaban bajo ...