—¡Rápido! Que venga el cuentero.
—¿Qué ocurre? ¿A qué tanta urgencia?
—Necesito escribir un microrrelato y no se me ocurre nada.
—Pues el narrador de historias está de vacaciones.
—Qué ruina de vida, sin nada que contar.
Chuang Tse pensó dentro de mi cabeza: no sé por qué soy como soy . Y el mundo giró en torno a mí delicadamente. Adiviné que era sabio, per...
No hay comentarios:
Publicar un comentario