Cada vez que pasaba por aquella
boca de metro escupía en el sombrero vacío del pedigüeño. Harto el mendigo de
ver el gesto repetido, un día le preguntó por qué lo hacía. «Yo al menos te
regalo mi desprecio, el resto nada».
Si se arrojara una Enciclopedia Británica a un agujero negro ¿desaparecería la información de todos los ejemplares? La pregunta me obsesion...
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